TTIP: maniobras orquestales en la oscuridad

Entre bambalinas se han estado moviendo las negociaciones entre la UE y los EEUU por el tan traído y llevado tema del TTIP. Traído y llevado, pero no en España, donde apenas si ha pasado de puntillas por los informativos, y habría sido ignorado de no existir las redes sociales y oenegés como Greenpeace o Ecologistas en Acción.

Pero, ¿qué es el TTIP?

TTIP es un acrónimo de Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversión (Transatlantic Trade and Investment Partnership) . La UE nos dice que el TTIP

  • Ayuda a los negocios a abrir a las distintas firmas de EEUU y la UE.
  • Ayuda a eliminar las trabas y dificultades de exportación que dichas firmas encuentran.
  • Ayuda a establecer nuevas reglas para hacer más fácil y justo exportar, importar e investigar allende los mares.

De esta forma, proclama la Unión, ayuda a enfrentar grandes retos como reactivar la economía europea, responder a conflictos cercanos a nuestras fronteras, adaptarse a las economías emergentes fuera de Europa y a mantener nuestra influencia en el mundo.

La Comisión Europea asegura que los productos importados por la UE deberán adaptarse a sus estándares protectores de la salud y seguridad personal y medioambiental y beneficiar a la sociedad de otras formas.

Las negociaciones entre EEUU y la UE comenzaron en 2013.

Sin embargo la realidad es bien distinta . El TTIP pretende eliminar las barreras al comercio para crear un gran mercado que beneficie a las grandes empresas.

Desde junio de 2013, la Comisión Europea, el Gobierno estadounidense y los grandes lobbies empresariales se reúnen a espaldas de la sociedad para negociar las condiciones del tratado.

Estas negociaciones implican:

  • Recortes en derechos laborales
  • La privatización de los servicios públicos irá a más, sin límites.
  • Las grandes empresas contarán con más privilegios. Si en algún momento operan en la UE y consideran que su rentabilidad no era la esperada, tendrán la capacidad de demandar a los Estados exigiendo indemnizaciones millonarias que , por supuesto, procederán de dinero público.
  • Alimentos, medicamentos y otros productos no se someterán a los controles actuales. Comeremos alimentos con transgénicos, hormonas, cloro y un largo etcétera sin saberlo.
  • El fracking tendrá vía libre.

 

¿Qué es el TTIP Leaks?

En este orden de cosas aparece Greenpeace, que se ha hecho con la mayoría de los documentos de estas negociaciones. Y decimos que se ha hecho con trece de los diecisiete capítulos del acuerdo puesto que permanecían en secreto, lo cual es harto sospechoso y revelador.

Dichos documentos, hasta ahora altamente secretos, han sido revelados y permiten a la ciudadanía europea conocer el contenido y las decisiones tomadas en las últimas negociaciones entre la UE y los EE.UU. Ha nacido el “TTIP Leaks”.

La absoluta opacidad y secretismo con que se negocia este acuerdo está “justificado”, puesto que no quieren dar a conocer su contenido, porque delata para quiénes están trabajando ambas delegaciones, a quién acaban beneficiando realmente y a costa de quién. El TTIP, como su hermana gemela el CETA (el acuerdo entre la UE y Canadá) son mucho más que tratados de libre comercio, son un nuevo modelo de gobierno transatlántico que camina en dirección contraria a la de los objetivos de instituciones internacionales y la ciudadanía de conseguir un desarrollo sostenible, de cumplir los compromisos internacionales en materia de lucha contra el cambio climático y de mantener altos estándares ambientales y de protección del consumidor.

  • En primer lugar, el principio de precaución, consagrado en el Tratado de la UE, no se menciona en el capítulo sobre la cooperación legislativa, ni en ningún otro de los obtenidos 12 capítulos. Sin embargo, sí se cita en varios capítulos la demanda de la delegación estadounidense de trabajar en un enfoque «basado en el riesgo» que tiene como objetivo la gestión de sustancias peligrosas en lugar de evitarlas.
  • El principal objetivo del acuerdo sobre el clima París, la COP21, no aparece en ningún punto.
  • En los documentos filtrados queda claro que este acuerdo es una amenaza para la protección del medio ambiente y de los consumidores. Además, los documentos muestran, sin rubor, que ambas delegaciones han mantenido y mantienen constantes consultas con los lobbies que representan a las grandes corporaciones.
  • En varios capítulos, en diversos sectores, los documentos filtrados indican que la UE es altamente permeable a la influencia de los intereses de los poderes económicos e industriales.

Washington y Bruselas pretenden alcanzar un acuerdo este año, antes del fin del mandato del presidente Barack Obama , pero las conversaciones encuentran cada vez más reservas a ambos lados del Atlántico.

Las negociaciones:

Existen diferencias «irreconciliables» entre ambas partes. Los informes pertenecen a la víspera de la 13ª ronda negociadora que tuvo lugar en Nueva York la semana pasada y que puede suponer la puntilla a un tratado que no iba bien encaminado: la impotencia de Washington por cambiar estándares a la baja allí donde la Unión Europea los mantiene más elevados (pruebas en laboratorio o test con animales, por ejemplo). También se habla de concesiones norteamericanas a la UE, como el apoyo que Washington está dando al nuevo sistema de arbitraje entre inversores y gobiernos, antaño conocido como ISDS y ahora ICS, por sus siglas en inglés. Este sistema permite a empresas –sobre todo multinacionales – querellarse contra estados a través de una institución compuesta por árbitros que proceden del sector privado. Con el nuevo ICS la Comisión trata de dar un barniz público a tan opaco mecanismo, aunque los árbitros podrán seguir perteneciendo al sector privado y no serán jueces de carrera.

El ICS es una creación de la comisaria de Comercio Internacional, la sueca Cecilia Malmström, que ha sido respaldada por la Casa Blanca sin demasiado entusiasmo. A cambio, el equipo de Barack Obama quería rebajar los estándares medioambientales, apuntalados por la propia comisaria en un artículo que publicó en noviembre de 2015 para tranquilizar a los críticos con el TTIP. Aquí no hay tampoco acuerdo a la vista.

Igualmente, se menciona el intento de EEUU por enmendar otros capítulos, como el llamado «ciencia y riesgo». La intención de Washington es que las compañías tengan más peso en las decisiones regulatorias. Concretamente en el capítulo de pesticidas, quiere que las disputas sean resueltas por la vía del Codex Alimentarius, que es una organización dependiente de la OMS dentro de la cual se da más poder a las grandes firmas que con las actuales normas comunitarias.

Pero donde los negociadores chocan contra un muro es en el episodio de los organismos genéticamente modificados, comúnmente abreviados por sus siglas en inglés GMO. Según los documentos, EEUU quiere abrir una puerta a los alimentos modificados genéticamente en Europa. «Un bajo nivel de presencia», dice el texto, incluyendo productos que ahora están directamente prohibidos en la UE.

Sea como fuere, el hueso duro de la negociación, si llega, serán las compras públicas. Desde los años 30 rige una ley en EEUU según la cual la industria norteamericana tiene prioridad en las grandes obras públicas lanzadas por el estado. Si en este punto no hay acuerdo, el TTIP puede no tener ninguna razón de ser.

Unknown

¿Quiénes apoyan el TTIP?

En Europa:

La mitad de los países de la UE podrán decidir sobre el TTIP, pero no España: Bulgaria, Dinamarca, Irlanda, Grecia, Croacia, Lituania, Holanda, Austria, Francia, Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Hungría y Reino Unido. Dos de estos estados, Francia y Holanda, ya rechazaron la Constitución Europea en 2005. El TTIP genera todavía un mayor rechazo a lo largo de la Unión según las pocas encuestas disponibles. En Alemania, donde bastaría con el trámite en el Bundestag, este rechazo también sería mayoritario, de acuerdo con los últimos sondeos.

A esta oposición se añade la constatación de que la Comisión Europea y EEUU negociaban en secreto,  lo cual ha provocado un rechazo en muchos países, hasta el extremo de que el secretario de Estado francés del Comercio Exterior, Matthias Fekl, ha considerado que «la opción más probable» actualmente es el cese de la negociación en curso con Estados Unidos. La filtración de Greenpeace, que incluye 248 páginas, llevó a la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, a garantizar de nuevo que el acuerdo «no rebajará» la regulación europea sobre protección de consumidores o medioambiente.

1019000237 1028617091

TTIP-Protest-london_02

ttip-gmo-demonstration-berlin

0,,18809473_303,00

En España:

PP, PSOE, C’s, la antigua CiU, PNV y UPyD se manifiestan a favor del TTIP. IU, Equo y Podemos en contra. Junto a ello hay que destacar un silencio bastante generalizado en los medios

En EEUU:

Los norteamericanos siguen siendo protectores en cuanto al acceso de las empresas europeas para las licitaciones públicas en EEUU. Además la sociedad civil la rechaza cada vez más(del 50% de apoyo en 2014 al 15% en 2016) principalmente por la desconfianza que genera la opacidad de las negociaciones.

¿Qué ocurrirá?

Es difícil de pronosticar, pero no podemos obviar aspectos esenciales.

El primero de ellos es la presión popular. En efecto, las manifestaciones en gran parte de la UE (no en España, desgraciadamente) y la información a través de oenegés y redes sociales está poniendo en alerta al ciudadano de a pie, a pesar del discretísimo seguimiento que los mass media realizan de este tratado.

El segundo es el poder de los lobbies, que ejercen presión sobre los gobiernos y medios de comunicación, poniendo en solfa derechos fundamentales en aras de una competitividad cuyos beneficios solo disfrutaría una oligarquía.

El tercero, en el caso concreto de España, es el papel cómplice de muchos partidos políticos, que –a sabiendas de la situación y el riesgo que todo esto entraña- se alinean con posturas pro-pacto.

No te quedes quieto. ¡Actúa: informa a tus amigos y firma!

https://stop-ttip.org/es/firma/ 

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario